Tal y como señalaba recientemente una investigación realizada en la UAB y de la cual se hacían eco diferentes medios de comunicación, la maternidad produce cambios importantes en la estructura del cerebro. En la misma línea, hoy he encontrado por casualidad una publicación algo más antigua que me ha llamado la atención; la misma se titula Cómo la maternidad puede hacerte más inteligente.
Este artículo basado en un estudio de 2010, propone que durante el embarazo los cambios en el cerebro, especialmente los relacionados con el reconocimiento de las emociones y los entornos hostiles, permiten tanto la conexión emocional como la protección del bebé recién nacido. Hasta aquí nada nuevo, excepto porque dichos cambios se han evidenciado en el tamaño y actividad de las neuronas del área preóptica medial en el hipotálamo y en la superficie de las dendritas del hipocampo. Estas últimas aumentan además, la capacidad de aprendizaje y la memoria.
Estos hallazgos no dejan de ser impactantes sumados al ya conocido papel de hormonas como la oxitocina, en la vinculación afectiva madre/padre/bebé. En conclusión, todavía tenemos mucho que aprender sobre el impresionante cerebro de las madres.