
En los últimos años ha surgido un importante volumen de literatura científica y de divulgación, mencionando los efectos positivos en la salud y bienestar madre-bebé de la lactancia materna. Entre ellos se ha documentado su influencia en el desarrollo cognitivo infantil y en el vínculo. Sin embargo, es posible reseñar también efectos a nivel de salud mental tal y como resume este post bastante bien documentado, que recomiendo leer.
En él la autora (la conocidísima Kathleen Kendall-Tackett, PhD e IBCLC) señala la influencia del amamantamiento en una menor vulnerabilidad a la depresión post-parto y al maltrato infantil temprano. Las posibles vías de esta influencia son el impacto de la lactancia materna exclusiva en el sueño de la madre (encontrando mejoras significativas en comparación a las madres que alimentan de forma mixta o con fórmula) y los niveles de protección y respuesta hacia el bebé (mayores en madres que amamantan de forma exclusiva).