Día mundial de la salud mental materna

mamá.unsp.dakota-corbin-243775

Hoy 3 de mayo, es el día escogido para la campaña de visibilización sobre la importancia de la salud mental materna y el necesario reconocimiento a nivel social, sanitario y político de sus implicaciones.

Sin desconocer ni minimizar las diferentes causas de vulnerabilidad biológica, psíquica y social (cambios endocrinos, disfunciones tiroideas, historia vital, antecedentes de trastornos emocionales, violencia de pareja, trauma y otros);  en la presencia de sintomatología de estrés, ansiedad y/o depresión (no se refiere este post a otras condiciones clínicas que se abordarán posteriormente) durante el embarazo y el postparto, observemos otras circunstancias más cotidianas, menos visibles.

Recordemos la poca educación en salud sexual y reproductiva que impera, la soledad con la que muchas mujeres viven sus embarazos y puerperios. Reflexionemos sobre la agresividad de algunos tratamientos de reproducción asistida, sobre la violencia de muchos partos.  Pensemos en los pocos recursos sanitarios destinados a la atención ante las primeras manifestaciones de un problema, en la escasez de redes sociales de apoyo cuando algo no va bien.  No olvidemos que para la mayoría de madres la conciliación laboral y familiar es más que complicada; que el ritmo de las exigencias sociales no tiene nada que ver con la necesidad de protección a la madre, al bebé, a la pareja, a esa familia que surge.

Empecemos en este día, a hacernos más preguntas.

#AEEPconlaSaludMentalMaterna

#maternalMHmatters

#SaludMentalMaternaImporta

Paternidad y salud mental

Un nuevo artículo procedente de la investigación inglesa (Yorkshire) Born and Bred, suma evidencia a datos procedentes de otras investigaciones, en cuanto a la importancia de la promoción de la salud mental de los padres durante el embarazo y el primer año de vida del bebé. En concreto se evidencia la presencia de síntomas de ansiedad y estrés, ligados a la escasa legitimidad de sus experiencias, a la falta de recursos de apoyo y al desconocimiento de su preparación a la paternidad. Los autores plantean que los programas de intervención para padres centrados en la resiliencia y en el enfoque salutogénico (promoción de la salud más que tratamiento de la enfermedad), pueden ser valiosos para mejorar el bienestar emocional y fortalecer su capacidad de proporcionar apoyo efectivo a la pareja y cuidado amoroso al bebé. Aquí el enlace al resumen del artículo.